sábado, 27 de septiembre de 2008

Guitar Hero World Tour




Cuando Harmonix se separó de Activision para firmar su trato actual con MTV, la gigante distribuidora acudió a la compañía que más y mejor trabajo les ha hecho desde siempre, Neversoft, y les dio todos los recursos que necesitaban. Esta confianza resultó en Guitar Hero III: Legends of Rock, y el comienzo a lo que vendría siendo el siguiente paso natural en la evolución de la saga, por mucho que eso implique una contradicción en el nombre de la misma.

Guitar Hero: World Tour es la respuesta a Rock Band. Eso está claro. Pero ambas llevan planteamientos muy diferentes. Mientras que la competencia pretende llegar a un gran público con unos instrumentos accesibles y una plataforma online envidiable, el caso que nos ocupa es distinto; a pesar de que la guitarra no pretende ser simulada, busca el realismo a la vista. Y así han decidido hacer con el resto de los instrumentos.

Aún así, el hacha continúa mejorándose y esta vez lo ha hecho de una manera más radical. Se mantienen los cinco botones principales, pero ahora además existe una barra de slide justo después. Sensible al tacto, sirve para usos más sutiles como ciertos momentos en algunos solos donde nos tocará arrastrar de un lado al otro nuestro dedo. A su vez, para los más atrevidos, podremos hacer secciones de hammer-on y pull-ofs mediante un tapping mucho más natural.

La batería, por otro lado, se diferencia mucho de su principal competidora. Con cinco botones y un bombo, pretende simular la experiencia real poniendo dos platos en la zona superior, ajustables. El charles o hi-hat está justamente al lado de la caja, y no te obliga a cruzar los brazos, pero aún así se siente como que estás tocando una batería de verdad. Lo mismo pasa cuando haces breaks o pasas de plato a caja rápidamente. El único pero es el bombo, sin sujeción alguna, de plástico y poco fiable. Nuestro pedal se nos escapó demasiado a menudo, por desgracia. Por otro lado, los otros tres botones son sensibles a la presión, de manera que detectan movimientos tanto por rapidez como por intensidad.

La posición de todo esto en la pantalla es, sin ser diferente en demasía a lo ya visto, reconocible. Tenemos la voz en la parte superior, con el multiplicador esperando a que seas lo más preciso posible a la voz –de nuevo, sólo coge el tono y no la intensidad, así que clavar canciones sin gritar es posible, como de hecho ha sido nuestro caso-; las líneas en este caso exigen mucho, sobre todo en difícil y en experto, para no destrozar el medidor de grupo, situado en la esquina superior izquierda de la pantalla.

Desde allí se puede controlar tanto la acción del grupo que ya conocemos de GHIII, o de cada individuo, con un logo cerca en un color indicando el nivel de su participación. Por supuesto, la energía estrella conjunta es la mejor opción para hacer buenas interpretaciones, Con la batería ésta se activa pulsando el plato, con la guitarra utilizamos el típico velocímetro o un botón justo en el lugar donde debería estar el puente; la voz sólo tiene secciones donde se premia la improvisación.

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